Javier Salas Hernández
Xalapa, Ver.- El verde empieza a abundar, el humedal renace y algunas garzas exploradoras visitan en lugar, lo recorren y todo hace suponer que algún día volverá a ser un refugio temporal.
Después de casi 70 años, como el hijo pródigo, regresan a su terruño. El humedal Molino de San Roque, que en los años cincuenta era su refugio temporal, quedaba de paso en el tránsito migratorio de las tierras frías del norte de América a las cálidas.
Año con año emprendían la travesía. Aquí hacían una pequeña escala y algunas aprovechaban para aparearse. Su presencia hizo que también fuera conocido como el Santuario de las Garzas.
La superficie, un humedal localizado en la congregación de Andrés Montes de la ciudad de Xalapa, poco a poco vuelve a la vida después de quedar prácticamente destruida por la mano del hombre.
